Es imposible hablar de nuestra historia de amor sin hablar de Rurouni Kenshin. O Samurai X como le decían en mi tierra. O El Guerrero Samurai como le dicen en la de Maho. Nuestra historia está indivisiblemente ligada a la de este anime.
Puede que para las personas normales sea muy raro que una historia de ficción -y además una de dibujos animados- sea tan importante en sus vidas. Pero verán, Maho y yo no somos dos novios normales. Ambos crecimos con una profunda fascinación por Japón desde muy niños, de forma consciente o no. Durante nuestra infancia, adolescencia y aun ahora, como adultos, nos encanta todo lo japonés y entre eso incluye al anime.
¿Que rol tiene Rurouni Kenshin en nuestra historia de amor? Pues el más importante si se quiere. De no haber sido por la obra de Nobuhiro Watsuki quizás nunca nos habríamos encontrado.
Todo empezó a mediados de 1998 en mi caso y en el de Maho a finales de ese año. Fue entonces cuando esta serie de animación japonesa se estrenó en Venezuela y España. Para ambos fue amor a primera vista. Era una historia sobre el Japón de finales del siglo XIX, específicamente al inicio de la era moderna del país asiático.
Les explico un poco sobre de que va la historia.
Rurouni Kenshin estaba protagonizada por un samurai sin señor en la época en la que esa famosa casta guerrera entró en declive, producto de la incipiente modernización del país.
Kenshin Himura era un antiguo asesino al servicio de los rebeldes que derrocaron al Shogunato Tokugawa y devolvieron el poder al Emperador, al tiempo que establecían un gobierno moderno. Ahora, cansado de años de matar, Kenshin recorría el país buscando ayudar a todas las personas que pudiera empuñando una espada de filo invertido.
Tras diez años de vagabundear llega a Tokyo, la antigua Edo, y se encuentra con Kaoru Kamiya.
Ella es una joven maestra de kendo que persigue a un asesino que ha robado el apodo de Kenshin, Hitokiri Battōsai. Este hombre además dice usar el estilo de la familia de la chica, el Kamiya Kasshin-ryū. Tras el fortuito encuentro entre ambos, él termina protegiéndola de este malvado hombre y ella le invita a dejar de vagabundear y vivir con ella.
Pronto se unen a la extraña familia un niño huérfano hijo de una familia samurai, Yahiko Myōjin y un luchador callejero con un gran odio por el Gobierno, Sanosuke Sagara. A su alrededor orbitan la doctora Megumi Takani, el doctor Oguni Gensai junto a sus nietas Ayame y Suzume. También forman parte del grupo la propietaria del restaurante Akabeko, Tae Sekihara y la joven mesera Tsubame Sanjō.
Al final del día la historia de Rurouni Kenshin es sobre como un hombre que ha visto demasiado sufrimiento decide mantenerse fiel a sus ideales. Sobre como, aunque sabe que no puede cambiar el mundo, decide aportar su granito de arena para proteger a las personas a su alrededor y salvaguardar la paz. Todo esto sin matar a nadie, como solía hacerlo cuando era un adolescente. Es también la historia sobre como el amor florece entre un hombre y la chica que le acogió y le dio el hogar que no ha tenido en años.
¿Pero que tiene que ver el mutuo amor que Maho y yo profesamos por Rurouni Kenshin en nuestra historia de amor? Ya les explico.
A finales de 1999 y principios del año 2000 ambos, en nuestra búsqueda de más información sobre Rurouni Kenshin, fuimos a dar a un sitio web. Se llamaba Shougo & Misao Rurouni Kenshin Website. Era una especie de santuario a la serie y allí, además de datos sobre la historia, se publicaban fanfictions, o historias escritas por aficionados basadas en el mundo de la serie. También había un foro de comunicaciones, donde fans de habla hispana discutían sobre esta obra.
Fue allí donde Maho y yo nos conocimos. Ambos usábamos apodos, así que en principio no lo supimos. Además, no intercambiamos opiniones con tanta frecuencia entre nosotros. Pero si con el dueño de la página, quien se hacía llamar Shougo Amakusa (como un personaje de la serie) pero a quien terminamos conociendo como Jacinto Muñoz.
Por separado, tanto Maho como yo entablamos amistad con Jacinto. Una amistad que sobrevivió a los años con sus altos y bajos. Jacinto, que es venezolano como yo, terminó siendo uno de mis mejores amigos y con quien emprendí la creación de un sitio web de noticias y opinión sobre nuestras aficiones. A esa web terminó invitando a Maho como redactora a finales de 2013. ¿El primer artículo que escribió Maho en la web? Uno sobre Rurouni Kenshin. No podía ser de otra forma.
Al final, la serie de anime que tanto nos apasionó a ambos como adolescentes terminó siendo el hilo rojo del destino que nos acercó. Una pasión en común fue el chispazo que encendió nuestro amor y no podría estar más agradecido a su autor, Nobuhiro Watsuki y a nuestro particular celestino, Jacinto.
Todo empezó con Rurouni Kenshin.
Ohhhhhhh ❤️
Esa serie es tan maravillosa que incluso es capaz de regalarnos historias como ésta. Mil felicidades a los dos y espero que todavía queden innumerables capítulos por contar!!!!!
Si, ahora nos vamos a activar con los posts… hoy debo sacar uno más para contar la siguiente parte de la historia y Maho arrancará a contar los preparativos de boda.
Wooouw a veces no nos imaginamos todo lo que esta por sucedernos y cuando pasa es increiblemente maravilloso. No tienes idea de lo feliz que me hace que ambos hayan decidido continuar, no darse por vencidos. Creo que ello culmina en lo que será próximamente una boda. Me enorgullece enormemente ser espectadora y aunque no tenemos el gusto de conocernos personalmente, les deseo mucha felicidad y prosperidad, espero tener la oportunidad de conocerlos pronto.
Espero que si Diana. Aunque hemos hablado menos los últimos años, siempre recuerdo nuestras conversaciones sobre Kenshin con cariño. Esa serie ha significado para mi el hacer muchas amistades y ahora puedo decir que conseguí también el amor gracias a Watsuki… y a Jacinto, antes que se queje porque le olvido XD